sábado, agosto 19, 2006

Bill Bryson. El átomo

...para que estés ahora aquí, tuvieron que agruparse de algún modo, de una forma compleja y extrañamente servicial, billones de átomos errantes. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez. Durante los próximos muchos años, estas pequeñas partículas participarán sin queja en todos los miles de millones de habilidosas tareas cooperativas necesarias para mantenerte intacto y permitir que experimentes ese estado tan agradable, pero tan a menudo infravalorado, que se llama existencia.

Por qué se tomaron esta molestia los átomos es todo un enigma. Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, despues de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú.) Sin embargo, por la razón que sea, durante el periodo de tu existencia, tus átomos responderán a un único impulso riguroso: que tú sigas siendo tú.

La mala noticia es que los átomos son inconstantes y su tiempo de devota dedicación es fugaz, muy fugaz. Incluso una vida humana larga sólo suma unas 650.000 horas y, cuando se avista ese modesto límite, o en algún otro punto próximo, por razones desconocidas, tus átomos te dan por terminado. Entonces se dispersan silenciosamente y se van a ser otras cosas. Y se acabó todo para ti.

De todos modos, debes alegrarte de que suceda. Se trata de algo decididamente raro porque, los átomos que tan generosa y amablemente se agrupan para formar cosas vivas en la Tierra, son exactamente los mismo átomos que se niegan a hacerlo en otras partes.
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Están todos en el mismo plano.
Giran todos en la misma dirección... Es perfecto,
¿sabes? Es portentoso. Es casi increible

Geoffrey Marcy, astrónomo, describiendo el sistema solar

lunes, agosto 14, 2006

Los creacionistas a menudo apuntan a la biología evolutiva como si se tratase del hombre del saco de la ciencia, pero el relato de la evolución primitiva requiere que quien acepte la Biblia en sentido literal sea universal en su rechazo del conocimiento científico. Tendrá que rechazar la geología porque su confluencia de patrón y proceso no cabe en ninguna línea del tiempo bíblica. Tendrá que deshacerse de la física y la química porque explican la desintegración radioactiva que nos permite datar los circones en millones o miles de millones de años de antigüedad. ¿Y la astronomía y la astrofísica? No hay ni qué pensar en ellas. En un descenso por el Gran Cañón, quien interprete literalmente la Biblia pasará ante braquiópodos del Pérmico, trilobites del Cámbrico y esquistos de mil setecientos millones de años y tendrá que concluir que la apariencia de edad y orden de las sucesiones estratificadas no es sino un elaborado ardid, parte de una gran farsa cósmica plantada como una trampa para atrapar a los infieles. ¿Qué clase de Dios haría algo así? Sólo un Dios mezquino y vengativo, un Dios que ame Su creación pero no confíe en ella. Un Dios, en suma, demasiado parecido a nosotros mismos. En su celosa búsqueda de la mente de Dios, el creacionista sólo encuentra un espejo.

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No cesaremos de explorar,
y el fin de nuestra exploración
será llegar adonde empezamos
y conocer el lugar por primera vez

T.S. Eliot

viernes, agosto 04, 2006

Adoctrinamiento para el odio

Fotos tomadas por un fotógrafo de la BBC en Kiryat Shmona, cerca de la frontera con Líbano, en las que se ven a niños israelís escribir "recuerdos" sobre la artillería que va a ser lanzada contra objetivos libaneses incluidos los objetivos humanos. Un sistemático método de aprendizaje para matar:



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